Concentrarnos en qué es lo que queremos, allí está la clave. No importa cuántas veces caigamos, siempre debemos levantarnos el doble. Duele, y lo sé, pero cuando se está de pie de nuevo hay que hacerlo con esperanzas y creyendo en nosotros mismos. Cada vez caeremos menos, y cada vez dolerá menos. Y un día, después de todas esas veces en las que te frustraste porque jamás llegabas a tu meta, te darás cuenta de que por fin la has conseguido, y podrás aprovecharla y vivirla a pleno con la sonrisa más grande en rostro, y con la satisfacción de saber que tienes la fuerza suficiente para cumplir tus sueños, para proponerte algo y lograrlo. Tan sólo no te rindas, y sigue adelante, con esfuerzo y tiempo se logra.